Ya me habían hablado de cómo eran los desguaces hoy día. La verdad es que hasta entonces no me había fiado demasiado de ellos. Yo tenía la vieja imagen estereotipada de los desguaces como cementerios de coches en lo que solo encontrabas viejas piezas con una garantía dudosa y en las que cabía la posibilidad de adquirir una pieza que cuando llegarás al taller para montarla te dijeran: “Esto no sirve para nada” y además luego no pudieras descambiar porque no te habían dado ningún tipo de factura. Pero alguien me habló de los desguaces de hoy, los CATs y que él mismo había conseguido su pieza en en uno de ellos, por lo que me atreví a empezar la búsqueda de mi pieza. Todo el proceso lo hice por Internet, porque no tenía tiempo de acudir a los CATs de mi ciudad y mi amigo me había comentado que de este modo era súper rápido y cómodo. Así es que empecé así. Miré diferentes desguaces intentando encontrar la pieza al mejor precio y con garantía… iba apuntando el nombre del desguace y el precio que me ofrecían y así fue como en un par de horas ya tenía mi pieza. Lo siguiente fue rellenar el formulario de confirmación y a los pocos minutos un operario me estaba llamando para confirmar la venta. Para asegurarme le repetí las condiciones por teléfono: gastos de envío gratuito, llegada de la pieza en un plazo aproximado de 24-48 horas, factura en la que se detalla la posibilidad de cambio de la pieza por otra en el caso de que ésta salga defectuosa o incluso reembolso del dinero etc. Y al final a las 24 horas tenía mi pieza en casa.

Así es que de este modo tan sencillo conseguí mi pieza… como el que consigue cualquier otro artículo por Internet. Si quieres tú también puedes, mira esto.